Muchas de las decisiones cotidianas que tomamos sobre alimentos son inconscientes, encontrar el equilibrio entre lo preferido y lo más saludable es la clave.

 

¿Cuántas veces comemos frente a la computadora, Televisión o ambas? ¿Por qué cuando  abrimos un paquete de algún alimento sabroso no  podemos parar hasta ver el final ? ¿ Comemos lo mismo cuando estamos  solos  que cuando estamos acompañados ?

“Comes más de lo que crees!”

Afirma el nutricionista y experto en comportamiento alimentario Brian Wansink, de la Universidad de Cornell (EE.UU.) en su libro ‘Mindless Eating’ (Comer sin sentido). Decisiones automáticas que conducen a comer más de la cuenta sin ser conscientes de ello y menos aún de las consecuencias de esa actitud. Recordar estos aspectos es el punto de partida para aprender a comer mejor.

Algunas de las situaciones que se pasan por alto y que influyen de una forma determinante en el modo de comer y, en consecuencia, en la cantidad de comida ingerida, son: comer acompañado y sin apuro, en un ambiente propicio para la ocasión, el tamaño de la vajilla que se use,  el tipo y la variedad de alimentos que haya y el color de los ingredientes que conforman el plato, así como quién cocina.

Decisiones claves

Se toman unas doscientas decisiones relacionadas con la alimentación a las que no se presta atención

El ánimo

Los nervios, ansiedad, estrés, la presión por terminar un trabajo a tiempo, tristeza, enojo o  alegría  son estados de ánimo que cada uno canaliza a su manera. Los alimentos a veces son el ¨consuelo¨ para muchas personas. Según coinciden varias investigaciones, un patrón alimentario caracterizado por cantidades altas de alimentos procesados, ricos en azúcares y grasas, está más asociado con las emociones intensas.

Hablo más en profundidad sobre este tema en mi post sobre “Tu última dieta”

¿Quién cocina? 

Esta persona determina qué se come, su forma de elaboración y contenido calórico final por lo tanto saber qué se utiliza en la preparación de las comidas es un aspecto a tener en cuenta.

Hoy comemos  con… 

Según la misma investigación,  comer con más de seis personas hace que se consuma hasta un 96% más que si se come solo. Se come casi por imitación, influenciado por la conducta de los demás , basta pensar en la pregunta que casi siempre hacemos cuando nos sentamos a comer afuera con amigos o familia : ¨¿Qué vas a pedir? ¨. 

Comer frente a la computadora, respondiendo emails o navegando por internet

Wansink coincide con otros autores en su descubrimiento de que la gente que come delante de la televisión, computadora o al teléfono  come un tercio más de alimentos , ya que no está concentrando en la comida . Al no prestar atención,  no se perciben los mensajes que llegan al cerebro y le advierten que el estómago está satisfecho  y  se  sigue comiendo. 

¡No sé qué elegir! 

El olor, los colores, la variedad de alimentos de un menú y la buena presencia de la comida afecta a la cantidad que se come. Está demostrado que se tiende a comer más alimentos  cuanto más opciones hay disponibles. 

Esa es mi taza!

Reconocer que el tamaño de los platos y los vasos puede inducir a comer más, es importante para revisar la vajilla que se usa. Un bowl para desayuno puede llevar  casi medio litro de leche y gran cantidad de cereales. Si la vianda que mandamos a la escuela es demasiado grande mandaremos comida demás o lo que es peor ,  tendremos la falsa sensación de que el niño está comiendo poco.

Este aspecto, también se aplica a los alimentos. Si se compran paquetes de salsa, pasta, jugos, refrescos, panes de molde o yogures de gran tamaño o tamaño familiar, se vierte o consume hasta un 30% más cantidad por comida. Especialmente cuando las personas viven solas y eligen estas presentaciones, que son generalmente más económicas que las individuales.

Alimentos modificados

Aprender que “bajo en grasa” o “bajo contenido en azúcares” ¨sin sal agregada ¨no significa necesariamente “bajo en calorías” ES IMPORTANTE. 

En Uruguay, El decreto 117/006 del Reglamento Bromatológico Nacional* define los rangos de los nutrientes modificados para poder ser denominados Light, Bajo o Reducido en, etc. Las diferencias son sutiles  y complejas para el consumidor, pero es bueno saber que si el alimento en su envase, tiene una afirmación de este tipo es confiable, especialmente si es de industria nacional. Aprender a entenderlas es otro tema.

Comer y pensar puede parecer incompatible, no se trata de cuestionar cada bocado, ni contar nutrientes, mucho menos calorías porque el encanto de la comida y su ritual, según nuestras costumbres, cultura, religión, horarios , edad , se desvirtúa.
Comer tiene que ser un placer, para eso, es importante saber que estamos comiendo, como se preparó, cuidar las cantidades y aprender a manejar las excepciones como momentos y no como rutina. Si logramos conseguir un equilibrio entre lo que es recomendable y lo que es preferido, cómodo y accesible estaremos en un camino de mejorar nuestra relación con los alimentos antes de vernos obligados a hacerlo por cuestiones de salud.

*internaliza las resoluciones MERCOSUR 26/03, 44/03, 46/03 y 47/03

Foto de portada: George Milton